La
contaminación atmosférica no sólo afecta a la salud de las personas, plantas o animales, también altera la calidad del agua y el suelo acidificándolos. No son los únicos afectados, los materiales de construcción, edificios, monumentos, etc, también se ven alterados y ponen en peligro su integridad.
La liberación de óxidos de azufre y nitrógeno procedentes de vehículos, industrias, centrales térmicas, etc, reaccionan con el H2Ov y forman ácido sulfúrico y nítrico, que vuelven a la tierra en forma de precipitaciones, lluvia o nieve ácida, o partículas sólidas.
La lluvia considerada normal es ligeramente ácida, por la reacción del dióxido de carbono atmosférico con el agua. Su pH suele estar entorno a 5 ó 6, pero cuando la atmósfera está contaminada por estas sustancias acidificantes, puede alcanzar valores de 2, similar al del limón o vinagre. La lluvia ácida acelera la corrosión de metales y erosiona las rocas. Cuando estas rocas son calizas se produce el llamado mal de piedra, la roca caliza reacciona con el ácido sulfúrico y produce yeso que es disuelto rápidamente.
Los alumnos de CTMA han simulado la acción de la lluvia ácida sobre la superficie de los materiales, edificios o monumentos, utilizando tizas (también se le conoce como yeso).
Procedemos de la siguiente manera: introducimos en tres vasos de precipitado, uno con agua, otro con vinagre y otro con zumo de limón, 3 tizas y esperamos unas horas para ver el resultado.
Observamos en nuestro experimento el efecto que han causado el agua, el limón y el vinagre sobre las tizas.
Apreciamos que, en el agua la tiza permanece inalterada, en cambio, tanto en el ácido del vinagre como en el limón surge inmediatamente un burbujeo por la reacción que se produce. Comprobamos cuál es el resultado después de varias horas.
La tiza que está en el vaso con agua no se ha descompuesto, en cambio, las tizas que están los vasos con los medios ácidos, se han ido descomponiendo y en 24 horas se han disuelto totalmente. Podemos observar los posos en el fondo de los vasos.
Un efecto similar es el que sucede sobre la superficie de los monumentos y construcciones cuando se ven sometidos a una continua lluvia de carácter ácido, como consecuencia de de la contaminación ambiental, uno más de los motivos por lo que debemos reducir la emisión de contaminantes a la atmósfera. Tú también puedes colaborar en esta lucha global. No lo olvides.
Esto es lo que sucede sobre las fachadas de los edificios, monumentos, etc. Debido a la insistente lluvia ácida, muchas construcciones se encuentran afectados por el mal de piedra lo que obliga a sanearlos para impedir su mayor deterioro. Se tratan con resinas, y otras sustancias, para impermeabilizarlos pero no es más que un remedio no una solución. Lo verdaderamente importante sería dejar de contaminar o, al menos, reducir las emisiones de contaminantes. Es cosa de todos, tú también puedes colaborar. ¡No te olvides!