Con la práctica, han comprobado como estas biomoléculas pierden su conformación espacial, se desnaturalizan, al ser sometidas a cambios de pH y de temperatura. Utilizaron clara fresca de huevo diluida, una dispersión de albúmina (albúmina seca hidratada) y leche entera, y se les añadió a las distintas muestras: HCl al 20% (ácido clorhídrico), NaOH al 20% (hidróxido sódico, una base) y calor.
Los resultados se pueden ver en las imágenes; las proteínas de la clara de huevo y de la leche cambian claramente su naturaleza física al romperse los enlaces que mantienen estable su conformación. Las variaciones ambientales a las que se han sometido son las responsables de este suceso, reconociendo así la importancia de mantener estable el medio interno para evitar que las proteínas pierdan su estructura y, por tanto, su función biológica por desnaturalización.
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